Alsy Acevedo
El Sentinel | OrlandoSentinel.com
June 11, 2010
Teresita Fonseca vive en silencio. No puede escuchar ni hablar, pues nació sorda.

Pero su silencio no es sinónimo de incomunicación. Como tantas otras madres, es la que se encarga de asistir a reuniones de padres y llevar a los niños a citas médicas.

Cuando ella tiene algo que decir, no obstante, la voz que se escucha es la de un intérprete.

“Yo vengo de otro país. Nosotros no tenemos intérpretes, dependía de mi familia”, dijo Fonseca quien nació y se crió en Colombia.

En Florida Central, a donde se mudó hace ocho años, descubrió el servicio de intérpretes.

“Acá soy yo. Allá [en Colombia] respondían por mí. Me gusta mucho más la independencia que tengo acá”, declaró Fonseca.

Esa independencia se la debe a las estipulaciones de la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA, en inglés) que entraron en vigor en el 1992 para garantizar que las personas con alguna limitación física tengan acceso a establecimientos de servicio público.

Antes de la ley ADA sólo las entidades que recibían dinero federal tenían el deber de garantizar acceso a todos por igual. Ahora también las empresas privadas tienen el deber de poner sus servicios al alcance de todos.

Según la ley, en el caso de las personas con discapacidades auditivas, se debe proveer intérpretes calificados, aparatos de asistencia auditiva, tomadores de notas o materiales escritos.

Pero muchas empresas e individuos desconocen las responsabilidades y derechos que otorga esta ley.

Fonseca no supo de la ley ADA hasta que inscribió a su hijo en la escuela.

“Cuando puse a mi hijo en la escuela, trajeron a un intérprete”, recordó Fonseca, de 49 años.

Sin embargo, no sirvió de mucho. El intérprete dominaba el lenguaje de señas en inglés y ella en español.

Un idioma variado

“La variedad de la comunidad sorda es igual que la de los oyentes”, dijo Ángela Valcárcel-Roth, presidenta de American Sign Language Services, una compañía de interpretación con sede en Kissimmee.

La empresa fundada en el 1992 se especializa en interpretación multilingüe. Es decir, sus intérpretes dominan el español y el inglés, así como los lenguajes de señas en estos dos idiomas, con sus variantes.

Por ejemplo, en una cita médica el doctor puede estar hablando en inglés pero la interpretación del lenguaje de señas es al español que se usa en México.

Y es que al igual que el lenguaje hablado, el de señas tiene distintos idiomas, que a su vez tienen regionalismos.

“Ustedes pueden escuchar los acentos al hablar, es lo mismo con las señas, tenemos diferentes expresiones según el país”, dijo Fonseca, quien aprendió el lenguaje de señas colombiano en su país natal.

Cuando llegó a Estados Unidos aprendió el American Sign Language. Con su esposo, quien también es colombiano y sordo, habla los dos.

“Hablamos mezclado, como Spanglish en lenguaje de señas”, bromeó Fonseca con una sonrisa.

Valcárcel-Roth decidió comenzar una empresa que brindara servicios en español porque se dio cuenta que la comunidad de sordos y sordos parciales hispanos en EE.UU. estaba aislada.

“Muchas veces se abochornan de que no pueden escuchar. Esto sucede más con la comunidad hispana, ya que desconocen cuáles son sus opciones de acceso”, dijo Valcárcel-Roth.

No sólo los intérpretes se utilizan en citas médicas y judiciales, sino que los parques de diversiones, los cruceros y hasta teatros pueden proveer intérpretes.

“Nosotros interpretamos una función del musical In The Heights cuando se presentó en Orlando”, puso como ejemplo Valcárcel-Roth.

Además de comunicarse a través de un intérprete que esté físicamente presente en el mismo lugar, existe la opción de la interpretación por video y la telefónica.

En la primera, las dos personas que necesitan comunicarse están juntas y se comunican con el intérprete a través de una cámara en la computadora, o algún aparato similar.

En la segunda, la persona sorda o parcialmente sorda llama al intérprete a través de un teléfono con pantalla y le pide que llame a un número telefónico cualquiera. Entonces el intérprete le dice con su voz a quien está llamando lo que le está diciendo la persona sorda con señas.

“Esas llamadas telefónicas las paga la Comisión Federal de Comunicaciones [FCC, en inglés] para que cualquier persona sorda pueda tener acceso”, aclaró Valcárcel-Roth.

No todos los proveedores de servicios están familiarizados con la ley ADA ni con los tipos de servicios disponibles.

“Tuve un doctor por cuatro años que no me quería proveer intérprete”, recordó Fonseca. “Tuve que hacerle una queja y me botó como paciente”.

Ahora tiene una doctora que describe como fabulosa y que sí provee intérprete. Fonseca, quien ha utilizado servicios de intérpretes hispanos y anglosajones, dice sentirse mejor con los primeros porque entienden su cultura.

El trabajo de los intérpretes es ser la voz del que no tiene. Por eso, debe distanciarse de lo que está diciendo.

Durante 13 años, Annette Rodríguez ha realizado traducciones simultáneas para citas médicas, juicios y actividades comunitarias. Ha sido la voz de novios que se juran amor eterno en el altar, personas que despiden a un ser amado en el cementerio y madres en la sala de parto. Nada de eso la intimida.

“Lo más difícil de mi trabajo es no inmiscuirme cuando veo la falta de educación de la gente que dice que no tiene que proveer intérpretes cuando así lo exige la ley”, dijo Rodríguez.

Puede comunicarse con Alsy Acevedo a través de aacevedo@orlandosentinel.com o 407-540-4004.

Más información

Para conocer más sobre servicios de intérpretes para la comunidad hispana en la Florida Central visite www.aslservices.com o 1-888-744-6275.

Para servicios de subtítulos visite www.dicapta.com o 407-389-0712

nformación general puede obtenerse en www.nchdhh.org.

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